domingo, 17 de marzo de 2013

Debilidades escondidas.

Me apetecía escribir algo y se me ocurrió esto. Espero que os guste.

Historia original.
Géneros:
 Since of life.
Adverténcias: Lemon, palabras mal sonantes.
No recomendado para menores de 18 años.
Escrito en
: 17/03/13
Finalidazo: Sí. (?)
Rectificado: -


El sonido del lápiz trazar el papel era el único ruido que se escuchaba en la habitación de Cristian, un chico universitario que se encontraba en plena semana de exámenes   Su pelo era castaño y corto aunque lucía un flequillo que le tapaba parte de uno de sus ojos, aunque en esos momentos lo llevaba recogido con un clip. Sus ojos eran color miel, aunque en esos momentos lucían tapados por las enormes gafas que tenía que llevar para estudiar. Su complexión era delgada aunque cuando podía intentaba ir al gimnasio para hacer algunas pesas. Odiaba verse tan flaco y liso. A pesar de estar estudiando se sentía cómodo y concentrado, pues le gustaba aprender. Iba bien en sus estudios y el silencio le ayudaba a relajarse y centrarse aun más aunque no siempre contara con aquello. No vivía solo. Compartía piso con un amigo, Gael, al contrarió que Cristian llevaba el pelo teñido de un precioso color caoba, acompañado con unas mechas rojizas, lo tenía muy liso y algo largo. Sus ojos eran de un claro color azul que solía ocultar bajo unas gafas. Era modelo, pero no se ocultaba por eso, sino porque sinó acostumbraba a tener un montón de gente a su alrededor. Su físico y personalidad atarían a todo el mundo, aunque, no siempre tenía ganas de relacionarse o mas bien era que no siempre la gente que se le acercaba era de su agrado, aunque le gustaba mucho el sexo, por supuesto no iba a la universidad, solo de vez en cuando a clases de interpretación, pues a parte de modelo también quería ser actor. Y os preguntareis..¿Cómo dos chicos tan distintos podían vivir juntos? Los dos tenían algo en común y era que compartían las mismas preferencias sexuales. Eran abiertamente gays. Se conocieron en un local de ambiente. De alguna forma u otra terminaron haciéndose amigos y encajaron demasiado perfectamente para no aprovecharse de aquello. Gael no solía estar nunca en casa y cuando lo hacía era para llevarse uno de sus ligues a su habitación y no salir en horas.. o incluso días, con lo que Cristian, podía estudiar y hacer su vida tranquilamente, sin molestarse ni asquearse de la promiscuidad y vida de su compañero de piso, porque, de alguna forma lo entendía aunque a él le gustara tener pareja estable.

Todo fue a la perfección hasta que una tarde el modelo llegó extrañamente temprano a casa.

-¡Cris!-

Gritó, haciendo que su estómago se revolviese levemente. Esa era la primera vez que le llamaba de esa forma y le había sorprendido y asustado un poco. Se colocó bien las gafas y fue para allá. Su sorpresa fue grande cuando vio que llevaba los dos brazos escayolados.

-¿Qué te ha pasado?-Preguntó incrédulo al ver aquello.

Gael arrugó el entrecejo, se notaba que estaba cabreado.

-Que escayolarse los brazos se ha puesto de moda, no te jode...-

Chasqueó la lengua y desvió la mirada. Por un momento le pareció que iba a llorar.

-Yo.. me refería a que..¿cómo te has hecho eso..?-

Volvió a bufar. Solía estar siempre de buen humor  aunque entendía porque su estado de ánimo se encontraba tan decaído.

-Un imbécil se ha tirado encima de mi, haciendo que apoyara mal el brazo en el suelo a la vez que él me aplastara el otro...-

Pateó la mesita de en frente.

-Joder..-

Le contestó el que preguntó. Seguidamente el ojiazul le miró a los ojos.

-Tengo que estar en reposo al menos tres semanas...-

Una punzada de dolor le atravesó el estómago. Sabía que en esos momentos tenía un montón de castings y alguno que otro anuncio que grabar. Con esos brazos rotos lo tendría que suspender todo. Por un momento quiso decirle que lo sentía pero se calló, sabía que en el fondo esas palabras aun podían ser mas duras que el accidente en sí. Odiaba que sintieran pena por él, con lo que no quería compadecerse de los demás. No sabía que decirle, aunque no fue necesario, ya que el modelo siguió hablando.

-Y por eso, me gustaría que me ayudaras durante este periodo de tiempo.-

Cristian abrió intensamente sus ojos.

-¿Estás de coña verdad? ¡Estoy en plena semana de exámenes!-

Le contestó de forma bastante borde, aunque al otro no pareció importarle. Parecía que estaba acostumbrado a aquel trato, no todo el mundo se sentía a gusto a su lado, la envidia y los celos siempre le seguían allí donde iba, aunque sabía que ese no era el caso de Cristian.

-No estoy de coña, me dijeron de quedarme en el hospital, pero odio esos sitios, además de que la comida que dan solo me haría perder el cuerpo que tanto me a costado conseguir, a parte de que no puedo costearme ningún cuidador porque todo el puto dinero que me gaste pensando que iba a poder grabar los anuncios se ha ido a la mierda...-

Sus palabras se rompieron un poco al terminar ese largo parágrafo. Seguían mirándose a los ojos.

-¿Qué debería hacer?- Terminó por preguntarle.

-Tampoco es que te necesite a las 24 horas del día. Tu sabes que tipo de comida cómo, solo la tendrías que comprar y calentar. También necesitaría ayuda en el baño, a la hora de vestirme y ya esta. Tampoco todo el día estudiando..no te robare mas de 4 horas.-

Seguía mirándole a los ojos, de forma intensa, de al manera que nadie podría quedarse indiferente, ni siquiera Cristian-

Suspiró.

-¿Me pagaras?-

-Ya te he dicho que no tengo pasta. -Suspiró.- Por favor, te lo pido como amigo.-

Chasqueó la lengua al escuchar aquello. Nunca le pedía y prácticamente nada, tampoco le hablaba. Parecía que sus otros amigos no eran lo suficientemente buenos ¿o eran demasiado refinados para aceptar una tarea como aquella? Pero era su compañero de piso y él mismo que era quien le había sugerido lo de compartir alquiler. En esos momentos le salvó la vida.

Volvió a suspirar.

-Esta bien, pero si veo que me retraso no pienso hacerte caso...-

Gael sonrió.

-No lo harás, eres muy listo.-

-Estudio..que es diferente...-

Después de eso se quedaron unos momentos callados..

-Bueno..¿Necesitas algo?- Le preguntó.

-¿Me podrías encender la tele y traerme un poco de agua?-

Cristian se lo quedo callado y mirando. Tal vez iba a ser más complicado y difícil de lo que le parecía. Eso de encenderle la tele ya no le gustaba.

-Pero la dejare floja...-

Se la encendió y fue a por agua, poniéndole una pajita. Se la acercó a los labios para que bebiera.

-Gracias...-

-Bueno, entonces iré a estudiar.-

-Esta bien.-

Abandono la habitación sin mas, le dejó solo.

La primera semana fue bastante bien. En algunos aspectos fue un poco dura y los dos terminaron realmente asqueados, y nunca mejor dicho, pero lo superaron, tomando muchas más confianza él uno en él otro de tal forma que una noche mientras Cristian le ayudaba a acostarse Gael le paró antes de que se fuera.

-Espera...-

-¿Qué pasa?- Le preguntó el castaño.

-Pues hace una semana que no follo y ando muy cargado.- Dijo mas que tranquilamente.

Cristian abrió los ojos y tragó realmente duro.

-¿Quieres que te haga una paja?- Le preguntó, también con algo de normalidad.

-Si.-

Le contestó el otro mientras le sonreía con un poco de picardía, le había tenido que hacer cosas mucho peores y estaba seguro que con aquello iba a disfrutar también.

-No.-

Le contestó secamente. Era verdad que le parecía que estaba buenísimo pero su manera de ser no le permitía hacer aquel tipo de cosas así porque sí. Sabía que solo era hacerle un favor pero, igualmente, luego tal vez el que se quedara con ganas de más, y a cuatro velas iba a ser él y no le daba la gana.

-¡Joder! Me has tenido que limpiar el culo y no quieres hacerme una paja? ¡Ni que tuviera ladillas!-

Arrugó la frente.

-No es por eso, es solo que no me gusta tocar a la gente si no es porque la quiero...maldita sea...

- Sabía que no lo iba a entender pero igualmente no había otra manera de decírselo.

-Solo quiero que muevas tu mano por mi.. si no quieres ni mires...joder... ¡Me van a explotar las pelotas! Yo no se como puedes aguantar tanto tiempo sin sexo!-

-¡¿Y tu que sabes si tengo sexo o no?!-

Arrugó su entrecejo, aunque en verdad tenía razón. Hacía mucho que no tenía pareja, con lo que cual, tampoco había tenido sexo decente en muchos meses.

- Por favor... joder.. quiero que me masturbes...-
Empezó a decir con una voz levemente más sensual. Su respiración se había acelerado en tan solo unos segundos.

-Solo de imaginarme como se sentirá ya me pongo duro...aah..-

Se mordió el labio.

-Me pondré jodidamente pesado si no haces esto por mi...va en serio.-

Empezó a gimotear, mirándole con los ojos algo lagrimosos.

-Yo lo haría por ti sin ninguna duda..-

Seguía jugueteando, hablándole casi con un puchero.

-Esta bien.-

Dijo casi sin dejarle acabar la frase. Tener que soportar su pesadez tal vez iba a ser peor, con lo que accedió aunque no estaba nada convencido de aquello.

-Aunque antes...por favor.. déjate el pelo suelto y quitare las gafas...-

Hizo un infantil puchero.

-¿Por qué? ¿A caso me miraras a mi?-

-Por supuesto, tu haz lo que quieras que yo también lo haré.-

Le sonrió un poco mas ampliamente mientras abrió un poco mas sus piernas a la vez que hundía su cabeza dentro de las sabanas. En realidad no tenía nadie en quien pensar, con lo que no le importaba para nada mirarle a él.

Cristian no dijo nada. Simplemente le apartó las sabanas que hacía unos segundos le había acomodado y  le miró la entrepierna. Se vía relajado, tal vez algo ansioso pues su vientre subía y bajaba mas constantemente de lo que solía hacer.

-Venga...-

Pidió sensualmente mientras movía sus caderas, dando una suaves embestidas en el aire.

-Tranquilo, pues lo haré a mi manera...-

Le miró de reojo unos segundos mientras se quitaba su habitual clip del pelo y se sacaba las gafas. En verdad se veía mucho más atractivo sin todo aquello. El pelicobrizo sonrió y volvió a mover sus caderas. -

Um...- También le miraba de reojo. En verdad tenía algo de curiosidad por saber como lo iba a tocar, miraba su rostro y sus acciones, impacientándose por segundos, en el fondo estaba algo necesitado.

Por el otro lado Cristian ya había centrado su avellanada mirada hacia su entrepierna. Llevaba un pijama que mas que nada parecía de chándal de color azul oscuro. Su camiseta estaba algo subida, con lo que podía ver parte de su piel. Por un momento no supo por donde empezar, pues todo aquello era demasiado frío para su gusto. Solía ser mucho mas tierno, colmando de besos y caricias a su pareja antes de empezar con aquello pero esa vez debía de hacerlo lo más fríamente posible, sino los problemas los iba a tener él.

-Esto es...- De verdad le desagradaba hacer las cosas de esa manera pero solo debía de  mover su mano, nada mas, con lo que podría hacerlo sin problemas,  a pesar de que en el fondo se sintiera extraño.

Lentamente fue llevando su mano a la entrepierna agena, posandola encima de su sexo, aun tapado por la ropa. Estaba caliente.

Gael estaba tan ardiente y necesitado que suspiró solo con ese roce, le hizo temblar deseoso de que empezara a frotar.

-Venga...joder..no aguanto mas..-

Movió nuevamente sus caderas, mirándole con deseo. No solía comportarse así, pues siempre era él que hacía sufrir a los demás pero esa vez, por culpa de las malditas escayolas debía de encontrarse con esa situación.

El otro no pudo evitar en sentir como un escalofrío recorría su cuerpo. Tampoco estaba acostumbrado a que le hablaran de esa forma tan sexy y necesitada. Suavemente empezó a frotar esa zona. No le miraba, no quería hacerlo. Sus ojos estaban puestos en las sabanas aunque los suaves suspiros de Gael le tentaban a ver su rostro.

En sus manos sentía como lentamente su sexo iba creciendo y se iba poniendo duro, irguiéndose hasta que estar suficientemente elevado como para rodearlo por sus dedos sin necesidad de hacer ninguna fuerza.

-Sácalo.. ah.. quiero sentir tus manos...nn...-

Las mejillas de Cristian iban sonrojándose poco a poco. Hacía demasiado que no hacía algo como aquello. Sabía que iba a afectarle. Dejó de acariciarle para tirar con su dedo índice de esa elástica ropa. Ayudándose también con su otra mano. El estremecimiento fue grande cuando vio ese enorme bulto  esa erección que presionaba por romper la elástica y suave tela de sus boxers. Se le hizo la boca agua.

-Mierda..-

Jadeo mientras sentía como empezaba traspirar por los nervios y la excitación que todo aquello le provocaba. Quería mamársela. Miraba ese bulto con gula, respirando algo acelerado, sin hacer nada mas. Gael miraba la escena. No pudo evitar reír, intentando hacerlo por sus adentros pero se le escapó.

-Chúpala...-

Asustado alzó su mirada. Su rosto se veía demasiado dulce y excitante. Incluso de la comisura de sus labios se le escapaba un pequeño hilo de saliva. Aunque el error fue grande cuando sus ojos se encontraron. Si se había empezado a poner cachondo, al ver como el otro le miraba con esa nublada mirada llena de lujuria terminando por dejarse abrazar por la calentura y el deseo.

Jadeo entrecerrado sus ojos a la vez que bajaba su cabeza. Sus dedos empezaron a acariciar su tronco por encima de la tela mientras con su lengua empezaba a humedecer donde se dibujaba su duro glande. Lo rodeó con su lengua hasta que la tela quedó completamente empapada. El ojiazul suspiraba, también con los ojos entrecerrados. Le dió un modisquito mientras sus dedos ya empezaban a bajarle la tela de sus boxers, haciendo que asomaba por fin la punta que se apresuró a besar y lamer. Le encanaba usar su lengua, adoraba saborear la piel, humedecerla y embadurnarla con su saliva.

-No creía que un empollón como tu.. pudiera ser tan...jodidamente..sexy...-Incluso el modelo trago duro. Hubiera deseado acariciar aquellos cabellos que ahora le parecían tan tentadoramente sedosos. -Aah...-

Gimió al sentir como le chupaba el glande y lentamente empezaba a adentrarselo dentro de la boca. Gael cerró sus ojos, disfrutando de esa sensación tan placentera para él. Con una de sus manos masajeaba su tronco mientras que con la otra toqueteaba su muslo. Se consideraba un chico versátil con lo que no le importaba la posición en la que le tocara estar. Tal vez parecía muy tradicional pero le gustaba practicar cualquier postura y manera, aunque siempre en pareja y en esos momentos se moría por agarrarse su trasero y manoserselo sin parar. Se frustraba al solo poder tocar sus muslos, los cuales eran inmensamente suaves, pues en su cuerpo no había ni un solo vello, era más que placentero pasar la lengua por cada parte de su cuerpo. Su boca estaba llena de él y ya había empezado a engullirsela con ganas a la vez que pasaba su lengua por cada vena y punto sensible. Sus gemidos solo hacían que deseara lo tocara más Desesperadamente. A la vez que su cabeza subía y bajaba con desespero.

-uM aah.-

No tardó mucho en  empezar a mover sus caderas al ritmo de sus felaciones. Sus gemidos cada vez eran más intensos. Parecía que no le importaba poco que los otros le escucharan

-Joder.. espero que no dejes que me corra antes de que me la metas...-

Sonrió y bajo su mirada, esperando que también le mirase. Le deseaba. Cada vez que se la engullía por completo y le apretaba los muslos o jadeaba su culo no paraba de contrearse.

-Fóllame..¡Por lo que mas quieras!-

Se dobló, curvando hermosamente la espalda y abrió más de piernas, sintiendose frustrado al no poder mover los brazos.

De nuevo sus miradas se encontraron  En verdad se había puesto más duro que una roca con lo que si no quería quedase a medias debería de follárselo hasta no poder mas. Tal vez no sería tan débil como para luego no poder olvidar aquello. Solo tenía que mentalizarse que solo lo estaba ayudando a desahogarse.
Sin decir nada se sacó casi forzadamente su sexo de la boca, dejándolo completamente brillante y lubricado por el preseminal y la saliva, aunque no se separó de su entrepierna. Se mordió el labio inferir antes de lamer sus ingles y dejar un suave chupetón en uno de sus muslos. Su lengua se deslizaba como un pincel por su piel hasta llegar a su entrada. Él otro se había quedado bien abierto, algo curvado e inclinado  respirando agitadamente, sintiendo cada lametón y succión con más que ganas.

-No soy una princesita..así que...no te estés media vida con esto..Joder..quiero..necesito que me la metas.-

Movía sus caderas, aunque el otro seguía lamiendole, metiendole la lengua, adoraba lamerle y no pararía hasta que sus dedos se deslizaran con facilidad por ese pequeño y rosado agujero, en verdad iba a disfrutar de sus implortantes peticiones, si algo sabía hacer, era aguantarse las ganas.

Metía y sacaba sus dedos a la vez que su lengua rodeaba su entrada una y otra vez haciendo convulsionar y sudar a mares a su compañero de sexo espaordico. Su miembro chorreaba en humedad y preseminal, incluso había empezado a llorar de puro gozo y frustración. En la vida no había deseando tanto que lo penetrasen porque nunca le habían hecho esperar tanto, todos con los que se había acostado era lo primero que querían hacer siempre. Seguramente eso les hacía sentir poderosos.

-¡Voy a correrme! Joder ¡¡éteme tu jodida polla dentro!-

Gimió con desespero. Todo su cuerpo estaba enfundado en una capa de sudor. Ardía en deseo que transpiraba por cada uno de sus poros, aunque él no era el único, Cristian también había llegado a su límite y estaba listo para ser penetrado. Siguió sin decirle nada. Separándose, mirándole unos segundos, pensando que esa era la escena mas erótica que había visto en su miserable vida. Un precioso chico, sudado, llorando y babeando para que, él un chico normal, se lo follase sin parar. Su erección apretaba con fuera sus pantalones. Mientras removía su cinturón le devoraba con la mirada.

-Ah..por fin.. joder..joder.-

Seguía retorciéndose sin apartar su mirada de la de él. Su sorpresa fue grande cuando se bajó los pantalones. Ahora entendía porque quería lubricarlo tan bien.

-La..la tienes enorme..-

En ese mismo instante un extraño pensamiento paso por su mente. "Si lo hubiera sabido me hubiera roto los brazos mucho antes..." Aunque en un principio no lo había hecho a posta.*
Lágrimas saltaron de sus ojos al ser alzado de sus caderas y notar el ardiente glande de su compañero rozar su entrada. Se hundió en el de forma lenta y tortuosa, haciéndole temblar hasta con sus dedos de los pies

-¡Hundela!-

Rugió, haciendo acabar la paciencia de Cristian por terminar por clavársela hasta el fondo. Gritó con fuerza, curvando de una forma intensa su espalda.

-Jodeer...que gozada...aa ah. joder..!.*

Sentía como si esa ardiente y dura polla abrasara y derritiera su interior. No tardó ni dos segundos en desear que empezara a embestirle.

-¡ Muévete.. muévete!-

Rogó aunque no hizo falta que le digera nada. Empezó a embestirle con suavidad, aumentando lo movimientos por segundos.  Parecía como si los dos estuvieran hechos el uno para el otro. Encajaban a la perfección. Estaba tan húmedo por dentro que era una gozada embestirle. Sus gemidos se entrelazaban, formando una excitante melodía, acompañada por el chapteo de sus cuerpos al chocar. Sus ojos avellana miraban sin descanso el rojo y más que excitado rostro de su compañero. Deseaba besarle, jugar aun mas con él pero sabía que no podía. Se mordió el labio inferior con fuerza. Entrecerró sus ojos, siguiendo cada vez con más fuerza, llevando a su compañero hasta el séptimo cielo, acabando casi los dos al mismo tiempo en un brutal orgasmo que los lleno  por completo, uno dentro y el otro en la camiseta del otro.

Suspiró en demasiado gusto, casi cayendo encima de él pero con una mano se aguantó, quedando a centímetros del rostro del contrario. Su castaño cabello, al igual que el del modelo había quedado pegado a su rostro. Jadeaba, aun totalmente alterado, siguiendo mirando los ojos del modelo. Sus alientos se mezclaban. Solo sus respiraciones seguían hablando en esa habitación, las cuales parecían querer intimar aun mucho mas.

Gael quiso besarle pero Cristian se apartó por completo.

-Espero que te sientas mejor...Ahora...descansa...-

Lo tapó levemente antes de dejarlo solo en esa habitación y salir de allí aun con el corazón iendole a cien pulsaciones por minuto.

Se duchó y luego fue directamente a dormir, intentando mantener la mente en blanco aunque los latidos de su corazón no cesaron hasta que el sueño le ganó la partida. Por otro lado Gael se durmió satisfecho aunque en el fondo había odiado que no le besara, por alguna razón lo había odiado, a pesar de que solía siempre apartar el rostro cuando los demás se lo intentaban hacer a él.

La última semana pasó rápido, por suerte los huesos de sus brazos se soldaron bien y en seguida empezó con la rehabilitación. A partir de aquel momento no necesitó mas de su ayuda con lo que sus vidas volvieron a la normalidad. Por supuesto las notas de Cristian se mantuvieron  e incluso subieron y a Gael le dieron nuevas oportunidades con lo que todo el mundo obtuvo lo que deseaba. Era como si todo hubiera vuelto a la normalidad hasta que llegó una noche.

El castaño leía tranquilamente un cómic en su habitación cuando de repente un sodio de muelles acompañada de gemidos lo sacaron de su concentración. Como hubiera deseando pensar. "Gael ha encontrado alguien mas con quien follar...bien por él" pero no fue así. Sintió una enorme punzada en el pecho aunque siguió intentando seguir leyendo aunque cada palabra que leía se deformaba a una imagen y más pensamientos sobre Gael. ¿Por qué no podía volver a concentrarse? Dejó el libro y se tumbo sin mas en la cama. Intentó relajarse aunque los sonidos no cesaban y el dolor seguía aumentando. Estaba celoso.
"La cagué...." Pensó mientras se tapaba los oídos. "La cagué..." Suspiró a la vez que sonrió tristemente.

El único culpable era él mismo y si no quería volver a mudarse debería de superarlo pero todos los sentimientos que había desarrollado por él no iban a borrarse y eso lo sabía bien. Sin darse cuenta una lágrima se escapó por su ojo, aunque esa sonrisa no se desdibujo de su rostro.

"Eso te pasa por tonto..." 

Sollozó sin mas, tapándose la cara con el cojín, intentando no escuchar y  a la vez dormirse.
Iba a ser duro pero lo tendría que superar. No sabía si se había enamorado de él pero le quería lo suficiente como para dolerle que estuviera con otras personas, aunque eso era algo que Gael nunca sabría, pues sabía que los dos, a pesar de tener los mismos gustos sexuales, pertenencia a dos mundos distintos y nunca podrían llevarse bien del todo.

¿Continuará?