miércoles, 7 de octubre de 2009

Ying+ying = ¡Caos! [1ra parte]

Notas iniciales: Iba a ser un fic de un solo capitulo pero tendrá dos partes.

Esta es la historia de dos almas parecidas, dos corazones muy orgullosos y dos chicos que compartían los mismos sentimientos.

Jairo e Isaac estudiaban en el mismo instituto y también las mismas materias aunque el primero era un año mayor que el segundo. Los dos tenían un aspecto físico realmente parecido y eso había hecho que muchas veces les preguntaran si eran hermanos o parientes.


Y esa misma razon les llevo a su primera “conversación”.


Era la hora del recreo y los dos se encontraban en el mismo salón hablado con sus amigos pero Jairo tenia otra cosa en mente.


Él tenia el pelo largo y rubio, al igual que Isaac pero sus ojos azules eran su arma secreta, con una mirada podía conseguir lo que quisiera y a quien quisiera. Era mas alto que Isaac y con la piel mas pálida. Jugaba al basquet, por lo tanto también tenia los músculos bastante mas marcados que su similar compañero al cual se acercaba lentamente.


-Hola.


Isaac se giro ya que se encontraba de espaldas a Jairo. Al girarse el mayor no pudo evitar sonreír, los rumores eran ciertos, el chico se parecía muchísimo a él aunque Isaac poseía unos grandes y hermosos ojos marrón claro que hacían que su piel, unos tonos mas bronceada que la suya, se viera muy suave y amelocotonada.


Isaac era un poco mas bajo que Jairo pero no menos fuerte, él no practicaba ningún deporte ya que era bastante perezoso pero mas aplicado en los estudios, a pesar de tener 16 años su voz aun no había cambiado del todo y tenia un tono de lo mas peculiar haciéndole encantador.


-Hola. -Le contesto repitiendo su saludo.-


Nuestro ojiazul venia muy preparado y tenia muy claro lo que quería decirle al mas bajito pero se quedo sin palabras.


Isaac esperaba.


-¿Tienes algo que decirme? -Dijo cansado de esperar.-
-Bueno yo solo quería saber si te parecías tanto a mi, es que ya estoy cansado de que me digan que me parezco a ti. -Dijo con una risa floja al final de su frase.
-¡Ah! Ya decía yo... es verdad tu eres Jairo de segundo, el chico que se parece a mi.
-Querrás decir que tú te pareces a mi.
-Nop, tú te pareces a mi.
-Yo nací antes que tú y es mas normal decir que tú te pareces a mi.
-Para mi no, es mas normal decir que tú -esta vez lo señalo- te pareces a mi.
-No, tonto, tú eres menor que yo y por eso eres el que se parece a mi.
-No, y el burro eres tú, tú te pareces a mi.


Y así se pasaron todo el tiempo del descanso del almuerzo acabando cabreados con una persona de la cual solo sabían que se parecía a él.


Jairo se enfado pero también sitio otra cosa, curiosidad, ninguna persona antes, se había comportado de esta manera tan “amenazante” ante él y eso lo motivo mucho para conocer mas de ese chico tan diferente.




A la mañana siguiente prefirió hablar con él al terminarse las clases, se espero al lado de la puerta.


Había simulado un mareo para salir antes que los demás.


El moreno tardo un poco en salir y por suerte del mayor iba solo. Empujando a una que otra persona Jairo llego hasta Isaac.


-¿Podemos hablar?
-¿De que quieres hablar ahora? -Dijo un poco cansado.- Lo siento pero me voy.
-Sera un momento. -Dijo agarrándole de la muñeca.
-Dios -se quejo- vaya fuerza tienes. -Dijo al final fregándose por donde lo había cogido.


Jairo lo había conducido a un parque muy cercano al instituto, en ese momento solo había algunos niños pequeños jugando en el arenal.


-Perdona si te he hecho daño.
-Tampoco a sido tanto, así que no pasa nada. ¿Y bien?
-Este sábado unos amigos vendrán a casa a ver unas pelis y a jugar a unos video juegos y te quería preguntar si te quieres apuntar.


Isaac lo miraba extrañado.


-¿Por qué querría ir con gente que no conozco?
-A mi si me conoces.
-Creo que no.
-¿Que no vienes o que no me conoces?
-Las dos cosas. -Dijo mientras se disponía a irse.
-Espera, ¿y si escoges tu las pelis?


Isaac se paró.


-Espero que te guste el anime porque yo solo miro eso.
-Creo que lo podre soportar. -Sonrió.-


Isaac se acercaba al mas pálido, con una mirada un poco extraña la cual hizo estremecerlo.


-¿Qué? -Pregunto nervioso.
-¿No me dirás donde vives?
-¡Ah! Claro.




Le dio su dirección. Realmente ese chico tan parecido a él le estaba sacando de quicio. ¿Cómo lo podía manejar de esa manera? Si siempre era él el que tomaba la iniciativa en todo.


No podía dejar que esto continuara pasando.




Esa semana paso raramente mucho mas lenta de lo normal. A pesar de que esos días estuvieran llenos de exámenes no acabava de terminar nunca.


Pero como ya sabéis no todo es eterno y después de un largo día sonó el deseado timbre de la ultima clase del viernes.


Hacia días que ya tenia preparados todos los juegos a los que había quedado jugar con sus colegas, la comida también y bueno, las pelis... a ver que pelis traería, no tenia ni idea de que cosas le gustaban a Isaac.






La puerta sonaba y una bandada de chicos entro en esa casa que justamente ese día estaba vaciá. Sus padres habían salido a comprar y a hacer alguno que otro recado.


En total tenían que ser 5: Jairo, tres amigos e Isaac pero por ahora solo eran 4, faltaba el mas esperado para el rubio mayor.


-¿Así que nos acompañara ese chico tan conocido por segundo no? -Dijo uno.-
-Si, lo he Invitado.
-Amm, espero que no sea un coñazo, tiene una pinta de mariquita... -Dijo otro.-
-¿Tu crees? -Contesto otra vez Jairo.-
-No se... siempre esta con chicas y eso.
-¡Ya te gustaría a ti! -Rió el que quedaba.-



Entonces se rompió la conversación y todos se pusieron a reír, excepto uno, a él le había causado otro sentimiento. Una especie de esperanza.



Habían empezado el juego cuando sonó otra vez el timbre. El anfitrión fue a abrir.


El chico jadeaba, parecía cansado.


-Ho..la, perdón por haber llegado tarde. -Dijo.-
-Hola, no pasa nada. No hacia falta que corrieras tanto.
-No me gusta llegar tarde a los sitios.


“Siempre con la ultima palabra en la boca.” -Pensó Jairo.-


Subieron al segundo piso y entraron en su habitación, todos estaban muy concentrados en el juego, casi ni se percataron de la entrada de los dos.


Era una habitación ni muy grande ni muy pequeña: paredes color verde oliva, con una ventana, una cama, una tele con toda clase de plays, un armario y un escritorio. Lo “necesario” para un estudiante.


El tiempo paso lento. Lo que tenia que ser una tarde entretenida y de risas para algunas personas fue de lo mas aburrida.


Tenia planeado conocer mas a ese chico pero no se salio con la suya. Demasiada gente.

Como muchas otras veces le dejaron sin paciencia, sin comida y sin juegos, de tanto jugar siempre los rayaban completamente. Así eran sus amigos pero a pesar de todo no se quejaba mucho.




Parecía que todos ya se habían ido ya que el silencio reinaba en la casa pero una mochila muy conocida aun estaba apoyada en una sillita de mimbre.




-Parece que ya se han marchado todos. -Suspiro.-
-Creía que tu también te habías marchado.
-Nop, estaba en el baño y cuando he ido a tu habitación ya no había nadie, así que he bajado.
-Vaya, ¿y te vas ahora?
-Bueno, me quede con ganas de ver alguna de las pelis que he traído.
-Es verdad, casi que no hemos mirado ninguna...


Se sentaron en el sofá de la sala de estar, Jairo tenia video en su habitación pero la tele de la sala era mas grande y con mayor definición y como Isaac no iba hacer ningún estropicio no pasaba nada.


A pesar de que la película que estaban viendo era una comedia el ambiente no estaba muy animado, mas bien tenso ya que los dos se habían dado cuenta de que la situación era un poco...extraña.
Se sentían nerviosos.




Se fue la luz, ninguno de los dos se había dado cuenta de que a fuera había estallado una tormenta.




-¡Genial! -Ironizó Jairo.


A él no le gustaba para nada tener que ir a activar los plomos ya que se encontraban en el sótano.


-¿Y bien? -El menor empezaba a perder los nervios ya que aun no se había movido del sofá.
-Es que...
-¿Te da miedo la oscuridad?


Estaba volviendo a pasar, el que parecía ser el mas débil le estaba superando y eso no lo podía permitir para nada.


Sin contestar se levanto y fue hacia las escaleras que lo llevarían al sótano, todo estaba realmente oscuro y solo se oían las gotas de la insistente lluvia chocando con la casa y de vez en cuando algún trueno.


De pequeño siempre había pensado que allí a bajo vivía un monstruo y que si bajaba se lo llevaría con él y lo enterraría en la oscuridad.


“Tonterías” quería pensar pero igualmente en su interior continuaba sintiendo ese sentimiento de angustia.


“No tiene porque pasar nada, solo es bajar y darle a un interruptor.” Se repetía a si mismo.


A medida que bajaba los escalones mas recuerdos de la infancia le pasaban por la mente y cada una de las historias que se había inventado le volvían a atormentar la mente.
Le faltaba poco para llegar a su objetivo pero un rayo deslumbrador acompañado de un trueno le sorprendieron. No pudo evitar gritar.


-¿Jairo estás bien? -Se oyó desde arriba de las escaleras.-


Otro relámpago deslumbro el sótano iluminando un cuerpo abrazado a si mismo.


Rápidamente Isaac bajo las escaleras.


-¿Qué ha pasado? -Le volvió a preguntar.-
-Nada...estoy bien.
-Pero que dices, si estas temblando.


El rubio de ojos castaños le cogió la mano y así poderle quitar el miedo.


Jairo levanto la cabeza, unas pequeñas lagrimas bajaban por su rostro, a pesar de la oscuridad Isaac pudo verlas, se encontraba muy cerca de él. No pudo evitar pensar que unos ojos tan bonitos y claros nunca deberían estar inundados por lagrimas.
Con la yema de sus dedos aparto ese agua.


-Ya esta. -Sonrió.-


Un nuevo rubor por parte del ojiazul hizo que sus lagrimas dejaran de salir.


-Esto no esta bien. Yo debería ser quien te seca las lagrimas y te consuela. Beso sus labios sin previo aviso aprisionándolo entre sus brazos dejandole sin salida.
-Yo soy quien te tiene que proteger. -Hablaba a milímetros de esos labios que acababa de saborear, aun podía sentir el olor dulce y avainillado de las galletas que se habían comido antes.


Isaac solo podía sonreír.


-Muy bonito lo que acabas de decir, ¿pero a caso yo no puedo tener esos mismos deseos hacia ti?-Dijo mientras rozaba sus labios con los del ojiazul.-


La excitación empezaba a ser un problema, el cerebro de Jairo ya no pensaba con claridad y las palabras de su compañero eran casi susurros incomprensibles, solo sentía el aliento de su boca rozar contra sus labios y el calor de su cuerpo casi encima del suyo. Se abalanzo sobre él dejandole aprisionado otra vez, esta vez por culpa de su propio peso. Prácticamente empezó a devorar los labios del mas bajo hinchandolos a causa de alguna que otra mordida pero Isaac no se iba a quedar lejos ya que sabia seguir muy bien el ritmo de su nuevo amante empezando a acariciar su pecho por debajo de la camiseta que llevaba, tenia muy claro como lo debía tocar para poder tomar el control. En unos segundos los dos se quedaron sin nada en la parte superior de su cuerpo y así poder disfrutar mas de la suavidad del otro. En ese oscuros sótano solo se podían oír los primeros gemidos entrecortados de la pareja ya que la lluvia había terminado.
El pequeño besaba su cuello, su pecho y su abdomen dejando pequeñas marcas las cuales hacían enfurecer a Jairo y se las devolvía dobles lamiéndolas y volviéndolas a succionar. Parecía que esa sesión de ardientes caricias se estaba volviendo en una competición.


-Basta ya de juegos...- Dijo Isaac desabrochando el pantalón del rubio.
-Espera.


Detuvo sus impacientes manos.


-¿Qué pasa?
-¿Cómo estas tan seguro de que yo quiera llegar a mas?


Claro que quería ir a mas, pero no quería que lo que estaba pasando solo fuese un “polvo” porque para él a pesar de no conocerle mucho sentía algo diferente: un cosquilleo al rozar su piel, un espasmo al besar sus labios y infinidad de agradables sensaciones solo al estar cerca de él.


Ademas, siempre, era él el que tomaba la iniciativa ante una cosa tan importante como en el sexo.


-Bueno... solo es cuestión de mirarte... -Dijo mientras dirigía sus ojos a su entrepierna.-


Jairo se encontraba en un dilema. Tener o no tener sexo, esa era la cuestión.


Si lo tenia quedaría como un salido que solo satisfeció sus necesidades, e inevitablemente una segunda vez no habría.


Y si no lo tenia, quedaría como un estrecho ante un chico menor que él, perdería su reputación etc, etc... pero había la esperanza de que se volvieran a encontrar.




Se volvió a poner bien los pantalones.


-Lo siento.-No, lo siento yo. Siento no ser el tipo de persona que te gusta.


El chico se levanto y salio corriendo de allí.


“¿Qué?” Pensó. A Jairo se le quedaron unos ojos como platos. ¿Cómo había podido pensar eso?


Se fue corriendo detrás de él.


Continuará.


Notas finales: Se nota donde hay el “lemon” eh xD Espero que alguien lo lea y que si lo hace deje algún comentario instructivo o lo que sea -.-.


No tardare mucho en subir la segunda parte.


Ciaoo





3 comentarios:

  1. >///< es lo mejor no se que decir pero kyaaaaaaaaaaaaa! no se que decir es lo mejor que eh leido gracias por mandarmelo espero con ancias la 2 parte *///* hay pero que chicos >///<

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  2. Esta genial, es de lo mejor tuyo que he leido, la forma en que lo has escrito me encanta, en serio!
    Y la historia es peculiar, sigue escribiendo!!! No leeemos~

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  3. etto... o////o...
    o sea... el neko no es el neko!!
    ii el tachi no es el tachi??
    por mana-sama!xDDD~ esta muy chvr

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