miércoles, 20 de abril de 2011

Amor Artificial. [Cap. 3]

Los persoajes de este fan fic pertenecen a Tsugumi Ōba y Takeshi Obata.

Cualquier semejanza con cualquier otro fic o douj es coincidencia.


Anime: Death Note
Pareja: MelloxNate
Generos: Romance, ciencia ficcion, horror y drama
Advertencia: Muerte de un personaje
No recomendado para menores de 13 años.
Escrito en 07/06/09
Finalidazo: Si

Capítulo 3: El accidente.

Mello siempre era el causante de todos los problemas en Wammy’s house, que hubiera una clase especial donde todo el mundo pudiera aprender el lenguaje de signos le había ido anillo al dedo porque así que podía juntarse con quien quisiera sin problema alguno de no poder comunicarse.

Al cabo del tiempo descubrimos que no teníamos porque estar siempre uno al lado del otro para poder estar bien, simplemente estar en un mismo edificio bastaba aunque cuanto más cerca el uno del otro estábamos mas bien nos sentíamos.

He aprendido que estar en una escuela es como estar en un campo de guerras, si tienes una cualidad la tienes que aprovechar y utilizar para no morir en el primer asalto.

Al lado de las clases hay una sala que comunica con el patio donde muchos de los chicos y chicas a los que no les gustan los deportes van cuando han terminado sus clases asignadas, esta es muy espaciosa las paredes son blancas y gracias a las grandes ventanas que tiene pasa mucha luz natural, yo siempre voy allí con mi nuevo entretenimiento, los puzles, me ayudan en no pensar y no estar pendiente de Mello.

Hice unos amigos nuevos Allan y Max, sus cualidades mas destacadas son sus grandes habilidades para cualquier deporte, son inseparables y muy parecidos de carácter y aspecto, casi que parecen clones, pelo negro, corto, ojos pequeños de color gris, una piel muy pálida y complexión robusta, a ellos dos les gusta jugar conmigo, sus juegos favoritos son insultarme, romperme mis construcciones y esconderme mis juguetes favoritos.
A pesar de ser un orfanato para mentes muy despiertas, las suyas solo dan para hacer ejercicio.

Esta mañana antes de ir a clase Watari me ha llamado para darme una cosa, un puzle de 5.000 piezas ya que ya había hecho todos los que rondaban por Wammy’s house, decidí empezar hacerlo después de cenar.

La sala estaba vacía, era cuando mas me gustaba estar en ella, llevaba la caja debajo del brazo, me senté en el lugar de siempre y empecé a sacar y mirar las piezas.
Ya tenía hecho todo el borde del puzle cuando unas voces muy conocidas se dirigían a la sala.

-¡Buenas noches Near! – Gritó Allan.

Rápidamente se acercaron.

-Veo que estas muy ocupado. –Continuo Max.

Seguí con mi puzle.

-¿Sabes que es de muy mala educación no contestar?
-…
-Vaya, vaya, aquí tenemos a un mal educado, y los niños mal educados no juegan a puzles

.Así que Allan de una patada deshizo todo el trabajo que había hecho hasta ahora.

-Uf, odio tener que recoger las piezas de los puzles, así que bueno… te dejamos. Adiós.

Se fueron riendo.

-¡Joder! ¡Ten cuidado Mello!- Grito Allan a causa de un golpe que le había dado “sin querer” Mello al pasar, se me acercaba.

-Lo que visto todo.

No contesté. ¿Qué podía decir?

-Near, ¿Estas bien? –Dijo agachándose y poniéndose a mi altura.
-Si.-Pero…
-Tranquilo,-le corte- esos dos no me alteran para nada. –Dije tranquilamente, en verdad me daban igual.
-Pero a mi no. No soporto que nadie te diga ni haga nada que te pueda hacer daño, ¡no lo puedo soportar!


Al decir eso iba a ponerme las manos en los brazos.
Me tire atrás quedado tirado bocarriba en el suelo de mármol negro. Creo que me ruborice. Entonces Mello se levanto y se fue. Y repentinamente sentí tristeza.

Narra Mello

Mis emociones, mis sentimientos son mas fuertes que yo, no se si podre aguantar mucho tiempo mas sin poder estar, proteger, cualquier cosa con Near, solo por él.

Y de repente me vinieron a la mente esos dos cretinos y la rabia me envolvió haciéndome mover hacia donde estaban ellos, esa misma noche.

Los encontré en el patio, estaban situados debajo de la luz que se encendía siempre cuando tocaban las 10 de la noche, hacían unos pases practicando el toque lateral con una pelota vieja de futbol.
Iba a ayudar a Near, puede que no directamente pero lo tenia que hacer.

No les deje tiempo para gesticular palabra alguna que mis manos ya estaban en marcha.

-“Iré sin rodeos, si volvéis a molestar o herir a Near os juro que lo lamentareis el resto de vuestras pésimas vidas.”

Lo dije muy enserio, creo que nunca puse una creo tan serie pero creo que ellos no se lo tomaron de esa manera.

-¿Terminaste? –Dijo Allan.
-Sabemos que Near y tú vinisteis juntos pero no creía que te importaba tanto. -Dijo otra vez Allan.
-Sera que le gusta. –Rio Max.
-Si, tienes bastante pinta de marica con este peinado.

Rieron los dos.

Otra vez mis emociones llegaron al limite y me tire encima de ellos dos pero solo llegue a darle un pañetado a Allan ya que en ese momento no tuve en cuneta que ellos dos eran cinturón negro en judo y me derribaron a la primera que pudieron para luego darme una paliza.

-Espero que hayas tenido suficiente con esto pedazo de marica y que sepas que haremos lo que nos de la gana.

Se fueron.

Cuando me levante Near ya se había ido. ¿Había llegado a ver lo sucedido?
Mi cuerpo estaba lleno de moratones pero estos casi no me dolían y de mi labio inferior salía sangre que limpie al llegar a la habitación.

Parecía que Near ya dormía.

A la mañana siguiente algo me impulsaba a quedarme en la cama, podía ser la paliza del día anterior, mi aumentado insomnio o… que mas daba, me levante dificultosamente y como siempre Near ya se había ido. Había dejado su cama hecha a pesar de saber que unas asistentas se cuidaban de limpiar y dejar ordenada la habitación cuando nosotros estamos en clase.

Me acerque a su cama y me recosté en ella, aun olía a él, una sensación de extraña melancolía se apodero de mi, si hubiera estado unos segundos mas en esa cama me hubiera quedado dormido pero me levante y baje al piso de abajo para poder asistir a las clases.Mi vida en el orfanato se había convertido en una rutina: levantarse, ir a las clases y luego dar vueltas por el orfanato, no menciono las comidas porque realmente no hacia los horarios de desayunar, comer, cenar etc.… solo comía cuando me sentía muy débil. Mi lugar favorito después de clase era el patio al atardecer, ver como el sol se perdía dentaras de los edificios y el cielo se teñía en esas tonalidades anaranjadas, rojitas y amarillas me proporcionaba una rara tranquilidad y relajación, después de hacer lo mencionado pase por la sala de recreos donde extrañamente Near hoy no estaba así que aburrido y cansado por todo fui a la habitación 6 A.

Antes de entrar me pare, ¿se escuchaban risas? Lentamente abrí la puerta y esta reveladora me mostro a los dos hijos de puta de Allan y Max los cuales tenían a Near semidesnudo, es decir, sin su camisa ni chaqueta del uniforme tirado en la cama y atado de manos y pies con unos cordones de zapatos.

Los ojos de Near demostraban un terrible terror del cual no podía zafarse.

-¡Mello, quieto por favor! – Rogo Near en un tono que nunca había oído.
-No me pidas eso…
-¿Qué, te gusta tu regalo Mello? Lo hemos preparado para ti.–
Decía Max intentando tener una voz sensual pero burlándose y riendo.
-“Soltadlo”- Intente formular sin tirarme encima de ellos para dejarlos sin dientes.
-“No”- Formularon también en signos los dos a la vez.

Casi al límite volví a formular la petición pero recibí la misma respuesta, una no hecha con signos y también esta vez pronunciado con una voz vacilante y acosadora y Allan con un movimiento casi inimaginable se atrevió con sus dedos tocar el torso de Near haciéndolo temblar a causa de la sensación de sus fríos dedos. Eso fue la gota que hizo colmar el vaso y como la persona que tropieza por segunda vez con la misma piedra volví a lanzarme contra ellos y estos ya preparados como una palanca me lanzaron encima de Near y en ese mismo instante un seguido de recuerdos y sensaciones volvieron a mi mente, el calor y calidez de la piel de Near al tocar la mía, los gritos acto seguido de los dos chicos cogiéndose la cabeza con las manos y cayendo fulminados al suelo no antes de su inevitable explosión de sesos que cayeron encima nuestro. Por un momento no pude moverme, no se si por el shock o por la sencilla razón que estaba tocando a Near pero él mas rápido rodando se zafo de mi quedado tirado en el suelo lleno de sangre al lado de los ya fríos cadáveres de los dos chicos.

-Yo…yo…no quería ha sido un accidente. ¿Qué vamos hacer ahora?

Near seguía en el suelo sin moverse empapándose con la sangre y yo estaba de pie mirando todo lo que rodeaba a la habitación.

-No me toques.

Me pidió Near.

-¿Qué ha pasado?

Una voz detrás de la puerta nos estaba llamando. No sabia que hacer, estaba demasiado nervioso y asustado.

-¿Estáis bien? ¿Me podéis oír? ¡Por favor abrid la puerta!

Mi respiración cada vez estaba mas acelerada y mi cerebro más confuso pero otra vez las frías palabras de Near me hicieron reacciones.

-Mello por favor abre la puerta.

Muy lentamente me acerque a la puerta y con un giro seco de muñeca gire el brillante y dorado pomo para así abrir la puerta, entonces Watari me abrazo.

-Mello, parece que estas bien… creí que te había pasado lo mismo que a los otros chicos.

Me reviso como pudo y después corrió hacia Near para poder desatarlo y limpiarlo un poco.

No podía entender por que Watari se comporto así, su reacción me hizo sentir muy extraño y a la vez muy mal, sentía que en ese momento se lo tenia que contar todo, sentía que le había fallado y de mis ojos empezaron a brotar lagrimas, las primeras lagrimas de mi vida, calientes y saladas a la vez.

Sin decir nada cogió a Near en brazos y a mi me cogió de la mano y nos llevo a otra habitación, esta del tercer piso la 14 C donde no se estaba nadie, era igual que la nuestra. Después de cambiarnos y lavarnos Watari estaba intentando hablar con Near que aun estaba en estado de shock.
Como un niño pequeño que aclama la atención de su padre tire a Watari de su camisa verde oscuro, este muy lentamente se giro y con una sonrisa me volvió a abrazar. Mis lágrimas no podían dejar de salir y inútilmente intente articular palabras que no pudieron salir de mi artificial garganta, no me sentía capaz de mover las manos y a la vez saber hablar el lenguaje.

-Mello, tranquilo. –Dijo acariciándome la cabeza.

Respire hondo y me dispuse a confesarlo todo:

Nuestra procedencia, cometido, habilidades, todo desde que tengo memoria. Watari no cambio de expresión en ningún momento y luego después de acabarme de desahogar se levanto, y solo dijo estas palabras.

-Bueno, algo tendremos que hacer al respecto. Y tranquilo, todas las personas del alrededor de vuestra planta solo se han desmayado. –Dijo dirigiéndose a la puerta.
Esa noche nos quedaríamos allí.


-Near… ¿Te has enfadado?

Continuará

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