miércoles, 9 de diciembre de 2009

Aperitivo: Sin autocontrol.

Holap, os traigo una cosa, un aperitivo antes de la continuación de “Mi vida”. Este aperitivo es algo que tenia que escribir para de alguna manera poderme sentirme mejor conmigo misma ya que leí una especie de articulo que hablaba del morbo que se tiene hacia los homosexuales o lo diferente, que podríamos decir me dejo pensativa y para poder continuar necesitaba escribir esto. Una especie de desahogo de mi parte. No he llegado a este extremo pero creo que si tuviera la oportunidad y fuera mas extrovertida pasaría y es algo que realmente no deseo que pase, me odiaría demasiado.


La linea sigue siendo la misma:

Uke con pelo rubio corto con ojos azules y seme pelo negro y medio largo con ojos verdes. Pero no tienen nada que ver con el fic principal, que conste.


Tengo que decir también que me encanta escribir fics relaciones con el yaoi o yaoi donde la narradora es una chica que forma parte de la historia. Es algo que no he visto mucho y me parece interesante.


Bueno, espero que os guste a pesar de que no tengo muy buenas expectativas del fic. Aunque tengo que decir que me gustaría mucho saber vuestra opinión.

Ciaoo




Esta es la historia de una chica que a causa de un pasatiempos convertido en obsesión perdió una gran parte de su vida, a su mejor amigo.

Su nombre, es decir, mi nombre es Gina y os contare mi historia y la de Cesc.


Nuestra amistad se formo en primaria. Los dos eramos considerados los raritos de la clase, a mi por no gustarme jugar con muñecas y a él por no querer correr detrás de una la pelota.
Fue fácil entablar nuestra primera conversación ya que justamente nos gustaba jugar a los mismo. A representar obras de teatro, interpretar personajes y hacer volar nuestra imaginación convirtiéndonos en monstruos, héroes y heroínas a hasta unos perritos perdidos que buscaban su casa. Nos hicimos inseparables. Ni la adolescencia nos separo ya que en clase seguíamos juntos ya que los dos estudiabamos lo mismo, arte interpretativo.

Siempre lo proponían como ejemplo o protagonista en los papeles de príncipe y similares por sus finas facciones pelo rubio y ojos grandes y azules. Era y es encantador. Como siempre le decía, el perfecto uke. Él se enfadaba pero a la vez se sonrojaba y eso me hacia que me emocionara mas y mi reacción fuera peor. Si, soy fanática del amor entre hombres pero quien me iba a decir que eso rompería la mejor relación de mi vida. Sabia mis gustos, mis aficiones y otros pasatiempos los respetaba. Hasta a veces se había mirado conmigo algún anime yaoi, soft claro, y cuando hacíamos eso me pasaba mas rato mirandolo a él que no a la pantalla del ordenador, era realmente lindo por como se sonrojaba y hacia expresiones con la cara. Siempre se enfadaba y decía que nunca mas miraría eso conmigo pero no fue así.


Un día por la tarde me confeso una cosa. Una cosa que me hizo muy feliz y no se por que la verdad.

Fue exactamente de la siguiente manera:


Estábamos los dos sentados en mi casa, acostumbraba siempre a venir él siempre que quedabamos. Entre los dos teníamos un bol de patatas fritas por si queríamos picar algo.

Estaba sentado encima de la cama, con las piernas cruzadas entre ellas, a lo indio, hablando de la ultima prueba que hicimos y de lo difícil que había sido cuando la corto.


-Tengo que contarte algo.


Se movía de delante hacia atrás, parecía un niño pequeño.


-¿Que pasa? -Le pregunte-.


Era un poco raro en el ese comportamiento.


-Siento que si no se lo cuento a nadie voy a explotar y creo que tu vas a poder entenderme.


Lo miraba con ojos de que continuara con lo que estaba diciendo. Por alguna razón el corazón cada vez me latía mas deprisa.


Se había cortado.


-Emm pues yo...


Seguía mirándole intrigada y a la vez emocionada.


-A mi creo que me gusta un...un chico. -Dijo casi susurrando.


Sonreí mucho, puede que perversamente, no sabia describir esa mueca que se forma en mi cara cuando se trata de yaoi.

Me miraba la cara como si necesitara algo mas, como si no entendiera mi reacción. Entonces yo hable.


-Tienes todo mi apoyo.


Le sonreí sinceramente.


El entonces hizo una gran inhalación de aire, aguantándolo unos segundos, para luego dejalo salir rápidamente.


-Gracias. Eres la primera persona que lo sabe y creo que no soy capaz de decírselo a nadie mas.

-Tomate tu tiempo y pídeme toda la ayuda que necesites.

-Gracias.

-¿Y puedo saber quien es el afortunado?


Hacia mucho que no estaba tan entusiasmada en una conversación.


-Bueno... no se si te habrás fijado, esta en la clase de al lado, tiene el pelo medio largo y negro.

-Ahora mismo no caigo.

-Se llama Adam.

-Oww.


Rió.


-Mañana me lo enseñas. ¿eh?


Y así fue. A partir de aquel día lo ayude a poder hablar con ese tal Adam de ojos verdes.

Podíamos decir que tubo suerte ya que a las pocas semanas de empezar con nuestro plan de acciones para hacer pequeñas conversas y encuentros extrañamente repetitivos y siempre por “causalidad” se hicieron amigos, podríamos decir que chispas saltaron entre ellos. Esas horas de descanso se volvieron muy divertidas, era como si volviésemos a la primaria.


Quedaron varias veces para jugar a algunos video juegos, a parte del teatro también se intereso por otras cosas.

Después, siempre me contaba como había ido todo. A veces había llegado a presionarle un poco cuando habían pasado cosas un poco vergonzosas para él como un roce de manos, un contacto de ojos sumamente largo, cosas así, tiernamente adorables. Después de su confesión sentía que quería saberlo todo de Cesc.


Se veía tan feliz, sus ojos brillaban mas de lo normal y sus labios siempre dibujaban una gran y feliz sonrisa. Hasta un día.


-¿Qué te pasa?


Es lo primero que le pregunte cuando lo vi.


-Creo que hoy va a declararse.


Dijo estaticamente.


-¡Eso es genial!

-Si, pero...

-Pero...

-Me da mucha vergüenza, no podre ir solo. ¡Vente por favor!

-Pero entonces seria la vela...


Desde un primer momento había deseado escuchar esas palabras de la boca de Cesc. En realidad deseaba ir a esa cita.


-Necesito que vengas.

-Entonces iré.


Fue una contestación rápida. No se si le cause gracia, o alivio o rabia en esos momentos a Cesc pero yo cada vez que lo pienso mi cólera no para de aumentar. El tema se acabo en ese momento.


La cita caía en una tarde soleada. Como un perrito que seguía a sus amos yo me encontraba detrás de ellos. Era el perrito vela de una tarde romántica planeada por el seme que iba a ser Adam. Se notaba claramente como mi presencia no era del agrado del ojiverde. De vez en cuando Cesc me miraba mostrándome su nerviosismo y a la vez emoción.


Después de comprar la merienda nos sentamos en un banco de un parque donde no había ningún tipo de juguetes ni atracciones para niños pequeños, solo una fuente para beber agua. Era muy tranquilo y alejado de la mirada de cualquiera, solo estaba la mía.

A pesar de todo el ambiente la conversación era casi nula. Tenia que inventarme una excusa para “irme”.


-Bueno. -Dije levantándome.- Antes he visto una revista que quiero comprarme en el quiosco de la esquina. Así que ahora vuelvo, ¿vale?.

-No, espera.

-Sera un momento, puede que un poco largo, no se si habrá gente. Hasta ahora.


Salí medio corrido de allí. Creo que esa fue la actuación mas pésima de todas que hice en mi vida. Tenia tantas ganas de poder ver su primer beso. En un santiamén tenia la dicha revista en mis manos. Yo me encontraba escondida en la esquina que daba al parque.

Estaban hablado. Estaba emocionada al máximo, tenia que taparme la boca para no chillar como una tonta y estropearlo todo.

Se miraban. Adam buscaba la mano de Cesc mientras este le decía algo, no podía entenderlo pero de seguro que era algo importante. Cesc estaba tan rojo que parecía que en cualquier momento tuviera que explotar y al cabo de unos segundos se abrazaron. Fue tan bonito. Reposaba de alegría por haber podido ver esa escena y también por mi amigo. Rompí media revista de tanto que tire de ella.

Después de eso no podía haber otra cosa que no fuera un beso. Si ahora tocaba que se besasen, pero no paso. Solo se estuvieron mirando, como una pareja de enamorados, eran solo eso.

Me sentí decepcionada.

Entonces me acerque.


-¡Sois unos tacaños!


Dije lo que sentí en esos momentos. Como si en verdad les debiera alguna cosa, creo que lo pensaba. De algún modo me sentía como “la persona que les junto”


Los dos se giraron un poco despistados y también enfadados, les había cortado el rollo.


-Tendrías que haberos dado un beso.


Dije, ya estaba delante de ellos.


-Eres de esas.


Dijo Adam con un tono un poco despectivo. Parecía que no era la primera vez que se encontraba con una situación de esas.


-Si, Gina es...como era ¿fujoshi*?


Asentí.


-Me-lo-pro-me-tis-te.


Me había dicho que si llegaba a salir con el chico harían una sesión de besos para mi.


-Si...pero...

-Mentiroso.


Me enfade de verdad. Fui infantil a pesar de tener casi los 19 años.


-Se lo prometí. -Dijo miradole con cara de suplica. Sabia que ningún seme se resistiría a eso.

-¿Quieres que nuestro primer besos sea delante de ella?

-Se lo merece, por tener que aguantarme con mis cosas...


En esos momentos solo podía pensar en que ¿por qué no me había traído la cámara?


-Bueno, ahora que lo dices, supongo que ella fue quien nos ayudo a estar juntos ¿no? La verdad era un poco difícil no ver que nuestros choques no eran premeditados. -Hizo un espacio de silencio.- Seguro. ¿Verdad? -Refiriéndose al beso.-

-Si.


Y entonces lo hicieron. Como si fuera una espectadora mirando una película se dieron su primer beso. Eso fue mejor que cualquier película, anime, manga que podía haber visto antes. Estaba realmente excitada en el buen y mal sentido de la palabra.


-¿Ahora nos dejarías solos? -Dijo divertido Cesc.-

-¿No puedo quedarme un rato mas?

-No.

-Plis.

-No.


Casi empujándome entre los dos me fui.


A partir de ese día la cámara se convirtió en mi mejor amiga. Siempre que podía y me dejaban les hacia fotos. Ignore sus suplicas de que parara pero yo seguí con mi obsesión. Era su paparazzi personal.


Hasta que el hilo se rompió.


-Para de una puta vez.


¿Ese había sido Cesc? El casi nunca utilizaba esas palabras. Su mirada era puro odio, todo dirigido a mi.


-¿Qué pasa?

-¿Somos monos de circo?

-No.

-Pues no se como te sientes tu pero yo me siento como uno de ellos.

-Pero...

-Pero nada, Gina, no somos un espectáculo y parece que tu esto no lo entiendes.

-Si que lo entiendo...yo os apoyo.

-Apoyo...creo que esto no es apoyo porque nos estas molestando.


Sus palabras eran tan frías y exactas, parecía que hubieran ensayado lo que tenían que decirme. ¿Tan mala persona había sido?


-Lo siento mucho.

-Creo que es tarde para esto.

-Cesc...

-Pensé que tu eras la persona indicada para contar mi secreto pero me equivoque.


Parecía que iba a llorar. Odiaba verlo llorar.


-Lo mejor que podemos hacer es dejar de ser amigos.

-¿Qué dices? Pero si siempre hemos estado juntos...

-Creo que nuestra amistad acabo el día en que me confesé. Desde ese día he pasado a ser una mas de tus historias. Quiero a Adam y no podemos aguantar mas esto. Adiós.


Y así fue como destroce nuestra amistad. Por un juego. Por una obsesión. Deje de ver a mi amigo como una persona y como dijo él lo convertí en uno de mis mas grandes pasatiempos.

Deje llevarme por la emoción de esas escenas y palabras y deje de lado los sentimientos de los que me rodeaban convirtiéndolos en simple diversión.


Me olvide de que Cesc y Adam eran personas como cualquier otra, que solo intentaban hacer su vida, tener una relación, poder ser felices. Me convertí en una de las personas que mas odiaba. Las que molestaban a las demás, por la razón que fuera.


Me comportaba como la escritora de su propia historia y quería que hicieran lo que yo quería, quería que me cebaran con su historia y su amor, SU amor y de nadie mas, de Adam y Cesc, no mio.


Creía que era liberal y abierta pero en verdad no lo era.

Podía ser que de forma distinta pero los trataba como si fueran famosos, o algo parecido. No les dejaba vivir en paz como las personas que eran.


Me había convertido en una verdadera morbosa que solo le interesaba ver como se magreaban, como una simple pervertida, sin sentido del gusto ni del stop propio.


Y lo peor de todo es que había perdido a la persona mas me importante de mi vida. Incluso ahora puedo recordar las tardes que pasábamos juntos, las miradas llenas de nerviosismo y confidencia que me dio solo a mi porque me tenia confianza, los momentos alegres, tristes, divertidos, locos, se habían ido para siempre.


Aun ahora los puedo ver juntos e intento desviar la mirada, ahora aun quiero que vea que me siento avergonzada por todo lo que les hice y por como les trate.


Fin.

*Fujoshi (腐女子 "Chica podrida") es un término japonés peyorativo para las mujeres que son fans de manga y novelas que tratan sobre las relaciones amorosas entre los hombres, a menudo con la implicación de Yaoi

2 comentarios:

  1. A veces pensamos demasiado en los demás y nos despreocupamos de nosotros.
    A veces pensamos demasiado en nosotros y nos despreocuparnos de los demás.

    =)

    ResponderEliminar
  2. Es una historia triste que refleja perfectamente lo egoístas que somos, y que solo vemos lo preciado cuando lo hemos perdido.
    Como apunte creo que deberías tener más cuidado con los acentos como en "él" o "más" pues eso no sale en el word y una expresión por ahí que ha sido un poco forzada. Pero que conste que esta muy, muy, muy bien (^^)

    ResponderEliminar